El déficit es aquella situación que se genera cuando hay escasez de algo necesario. En finanzas, se entiende por déficit cuando los gastos superan a los ingresos (existe escasez de dinero). Su aplicación más extendida se asocia al mundo comercial de las empresas y los Estados, pero existen muchos tipos de déficit.
El déficit existe cuando el balance de una organización o persona cuenta con saldo negativo, es decir, es deficitario. En este escenario, los ingresos no son suficientes para afrontar los gastos, o dicho de otro modo, la capacidad de recaudación de ingresos es menor que las cargas con las que se cuenta.
Déficit: Ingresos < Gastos
En general, este término está asociado a la economía y situación económico financiera de una organización o administración pública en un periodo de tiempo determinado, generalmente un año, trimestre o mes.
El término déficit se emplea regularmente para las cuentas públicas de una administración. Por lo que un escenario económico de déficit se suele considerar negativo, al no poder cubrirse los gastos de la administración. Si un Gobierno no consigue reducir sus deudas debido a que no le prestan más dinero o ya no tiene reservas para afrontar sus pagos, sólo puede corregir el déficit a través de su endeudamiento con el banco central de ese país.
Sin embargo, cuando existe una forma sostenida de financiación el déficit no tiene porque ser algo malo. Muchos países tienen déficit pero mantienen fórmulas de financiación que les permiten invertir en un Estado de Bienestar de gran calidad.
El término déficit se emplea regularmente para las cuentas públicas de una administración. Por lo que un escenario económico de déficit se suele considerar negativo, al no poder cubrirse los gastos de la administración. Si un Gobierno no consigue reducir sus deudas debido a que no le prestan más dinero o ya no tiene reservas para afrontar sus pagos, sólo puede corregir el déficit a través de su endeudamiento con el banco central de ese país.
Sin embargo, cuando existe una forma sostenida de financiación el déficit no tiene porque ser algo malo. Muchos países tienen déficit pero mantienen fórmulas de financiación que les permiten invertir en un Estado de Bienestar de gran calidad.
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